Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://jasonfxne679728.collectblogs.com/83130858/el-cabezazo-de-zidane-visto-desde-otra-perspectiva